lunes, 30 de marzo de 2015

Slugs, muerte viscosa (Juan Piquer Simón, 1987)

Hablábamos de La grieta como presunta cima en las pretensiones internacionales de Juan Piquer Simón. Una cima que no se podría haber alcanzado sin intentos previos de “joint venture” nacional-internacional como la ya comentada Supersonic Man, Mil gritos tiene la noche y la que nos ocupa, Slugs, muerte viscosa. Por una vez, Slugs no se inscribe en ninguna moda del momento, como mucho podría emparentarse con títulos como El terror llama a su puerta, pero sin el elemento meta-cinematográfico y humorístico de ésta. No, Slugs, es una  película de bichos asesinos pura y dura que juega con los códigos de films de invasiones como Aracnofobia, o El Enjambre añadiéndole toques sangrientos (casi bordeando el gore) más propios de films como Piraña. Desde esta perspectiva, aún teniendo claras las influencias, estamos en el film probablemente más libre de Simón en tanto que no debe rendir homenaje, ni aprovechar filones comerciales de ningún título. Sí, este es probablemente uno de los productos "simonianos" más compactos, coherentes y convincentes de su filmografía. Una cinta que además consigue crear, sino miedo, sí dejar en la retina imágenes y situaciones perdurables en la memoria colectiva como la escena de la infestación vía ensalada y sus funestas y desagradables consecuencias a nivel digestivo.






Aunque tampoco cabe llevarse a engaño: Slugs no es ni mucho menos una buena película ya que, en gran parte, sigue adoleciendo de los principales defectos recurrentes en la filmografía “simoniana”. Es destacable en este sentido la escasa capacidad de síntesis (más grave si cabe teniendo en cuento el escaso metraje del film) de la que hace gala. Efectivamente, la película tarda una eternidad en arrancar, empeñándose en presentar todo el microcosmos de la localidad donde transcurre la acción. Algo que no es necesariamente negativo, pero que sí resulta agobiante cuando tanta presentación de personajes solo sirve para ser un mera lista donde veremos las víctimas seguras y los que seguro se salvarán.



Sí, como habitualmente sucede, no hay más que trazo grueso en el dibujo de los personajes. Una unilateralidad direccional en la que el maniqueísmo se hace presente para señalarnos no solo quién vive y quién muere si no para dejar constancia que su destino es merecido. En este sentido Hay una cierta visión retributiva por parte de Piquer que si bien resta credibilidad al conjunto si le da un aspecto más brutal, más cruel. 


La sensación final es que Slugs es probablemente el film mejor ensamblado y coherente en toda la carrera del director valenciano. Una película que como mínimo no desprende ese aroma a  serie Z habitual y que fácilmente puede pasar por una B modesta pero resultona. Lo mejor sin duda es que podemos decir que a la inversa de lo habitual Slugs no recoge ni versiona películas si no que dejó un legado, una herencia que recogieron otros cineastas. Desde la modestia de productos como They nest hasta films de culto como Slither, todos tienen algo que agradecer a la cinta que nos ocupa. Sin duda un must see de Piquer Simón.


Escrito por Alex P. Lascort


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